Mi voto no lo boto

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Estamos nuevamente frente a campañas electorales para seleccionar las personas que delegaremos para que en el Congreso de la República representen y ejerzan el poder soberano del pueblo. Frente a ello, hay personas que impulsadas por la emocionalidad ya tomaron la decisión de apoyar a sus candidatos, no obstante hay quienes se dan a la tarea de hacer un análisis más más centrado en las razones antes de hacerlo. Vale la pena recordar que votar es una decisión personal con efectos en lo colectivo y a su vez en lo individual.

Teniendo en cuenta la importancia de la elección del Congreso, he hecho este escrito con el fin de plantear mi opinión y desde ahí sugerir algunas pautas que a mi modo de ver nos permitirían elegir mejor, con la claridad que en nuestra condición de humanos debemos aceptar que nunca habrá un candidato perfecto.

De entrada es muy importante entender que hay diferencias entre los poderes públicos Legislativo y Ejecutivo. La importancia radica en que para cada uno de estos poderes hemos construido unas instituciones que en forma delegada ejercen el poder soberano del pueblo. Las personas que elegimos para representarnos deben contar con unas capacidades, competencias y habilidades para desempeñar de la mejor manera el encargo que les hemos encomendado.

En esencia la diferencia entre el legislativo y el ejecutivo radica en que los primeros, a nombre del pueblo, definen las reglas de juego social, las formas en que van a operar las mismas y cómo se financiarán, bajo los preceptos del Estado Social de Derecho, en donde lo primordial es garantizar la dignidad humana. El ejecutivo, valga la redundancia, ejecuta lo definido por el Congreso a través de los mecanismos definidos por el mismo Congreso como los planes de desarrollo.


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A continuación presentaré sobre la base de los preceptos normativos a modo resumen algunas de las funciones de estas dos ramas del poder público.

RAMA LEGISLATIVA

La función primordial del Congreso es hacer las leyes, pero adicionalmente desarrolla las siguientes funciones:

Función Constituyente: Sirve para reformar la Constitución Política mediante actos legislativos.


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Función legislativa: Sirve para elaborar, interpretar, reformar y derogar las leyes y los códigos de nuestra Constitución.

Función de control político: Ésta es otra de las funciones del Congreso y por medio de ella el Congreso puede llamar e interrogar a los ministros y demás autoridades a fin de conocer sus actuaciones dentro del cargo y las acusaciones formuladas.

Función judicial: El Congreso también puede ejercer una función jurisdiccional en forma excepcional para juzgar, desde el punto de vista político, a los altos funcionarios del Estado.

Función electoral: Aunque les pueda sonar extraño, el Congreso también tiene una función electoral, ya que le corresponde elegir al Contralor General la República, de Procurador General de la Nación, Magistrados de la Corte Constitucional visión y de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, al Defensor del Pueblo, así como al Vicepresidente de la República cuando hay falta absoluta de este.

 Función administrativa: Esta función la ejerce el Congreso al interior cuando establece la organización y funcionamiento del Congreso Pleno, el Senado y la Cámara de Representantes.

Función de control público: Esta función le da la oportunidad al Congreso de llamar a cualquier persona a rendir declaraciones sobre asuntos o hechos investigados por las comisiones.

Función de protocolo: Esta función se da cuando se reciben jefes de estado o de gobierno de otras naciones.

LA FUNCIÓN DE LA RAMA EJECUTIVA:

Ejerce la dirección política del estado. Y velar por el cumplimiento de las 28 funciones del artículo 189 de la Constitución, entre las cuales se encuentran la de promulgar Leyes, administrar recursos, organiza el crédito público, etc (Ver artículo 189 de la Constitución).

Son notorias las diferencias en las funciones de estas dos ramas del poder público en Colombia. Hace algunos días en redes sociales hicimos la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las 6 características principales de lo que usted considera un buen político, las cuales le llevarían a votar por éste? A la cual reaccionaron al menos unas 35 personas (Ver respuestas aquí).

Algunas apreciaciones evidencian un descontento general frente al accionar de los políticos elegidos, sin embargo, el solo hecho de responder a la pregunta, muestra que se guarda una esperanza de lograr que las personas que hemos delegado para que a ejerzan en las instituciones el poder soberano del pueblo a través de la política, lo hagan de tal manera que se garanticen las necesidades: biológicas, emocionales, psicológicas y culturales que tenemos los colombianos, todo esto teniendo en cuenta que los recursos públicos son limitados.

Algunas de las características que con mayor fuerza se reclaman en los políticos son: La honestidad, trabajo social con trayectoria, carisma, preparación académica, liderazgo e integridad. Algunos mencionaron la importancia de creer en Dios, sin embargo, es importante recordar que en su gran mayoría, los “políticos” afirman ser creyentes, sin que ello haya garantizado una conducta adecuada y un buen comportamiento. Seguramente evidenciando que no conducen su vida conforme a sus propias creencias.

Considerando los aportes realizados por los participantes, algunas investigaciones y mis apreciaciones, presento las características que considero son las más importantes en el momento de elegir un buen candidato para el poder Legislativo:

Componente 1, principios y valores:

  1. Integridad y honestidad: Colombia es uno de los países con mayores índices de corrupción en el mundo. Esto ha generado grandes retrasos en los diferentes sectores. Es por eso que una de las características principales que todo político debe tener es la honestidad, la cual consiste en comportarse y expresarse con sinceridad y coherencia, respetando los valores de la justicia y la verdad. La honestidad debe estar indicada y ser evaluada conforme a las acciones que en el pasado ha realizado el candidato. La integridad consiste en hacer las cosas bien aunque nadie nos esté mirando, y a partir de ahí ser un ejemplo de vida en los diferentes aspectos del ser humano.
  2. Transparencia: La transparencia política consiste en que quienes están en los gobiernos cumplan la obligación de dar cuenta a los ciudadanos en forma oportuna, veras, clara y accesible de todos sus actos y decisiones como servidores públicos, que por supuesto se soportan financieramente en los dineros públicos y tienen unos procesos establecidos para hacerlo. Con ello se contribuye a prevenir la corrupción. En ese sentido, es importante que quienes sean elegidos tengan como principio de rectitud brindar información real y a tiempo de aquello que han realizado conforme a su función.
  3. Consistencia: Las promesas y los discursos son los elementos de la comunicación que preceden a la acción política y con los cuales los políticos persuaden a sus electores y logran la adhesión de los mismos a sus tesis. En ese sentido, las promesas y los discursos además de ser lógicos y referirse a situaciones y problemas reales, deben ser factibles para que se puedan concretar a través de la acción política en beneficios para la comunidad política (que somos todos y todas). De esta manera se logra credibilidad y se alcanza el bien preciado de la confianza.

Componente 2, Conocimiento y preparación de él y su equipo:

  1. Capacidad y preparación: Debe ser un investigador permanente de la realidad del entorno social, cultural, económico y político de su entorno. Debe conocer y dominar muy bien las principales causas que originan la problemáticas de la región y el país, debe tener una claridad diáfana del papel que puede jugar la región en el contexto nacional para el beneficio de sus habitantes, para desde ahí plantear alternativas de solución que deberán tramitarse para que se conviertan en formas institucionalizadas que orientan la actuación de los servidores públicos y ciudadanos en general. Es importante tener una actitud de estudio permanente que se evidencia en capacidades para liderar procesos de beneficio social, pues la sola acreditación de una formación académica no garantiza las capacidades necesarias para el liderazgo y la transformación social. Por ello, una experiencia validada por los logros indicados en el grupo social que representa es mucho más importante.

El hábito permanente de estudio le dota de una capacidad analítica que le permite leer adecuadamente las dinámicas sociales, económicas y políticas que inciden en la comunidad y su entorno. Es clave que el candidato tenga una posición política clara sobre la base de un conocimiento adecuado del estado actual del país, para que desde ese punto se puedan vislumbrar y proponer los ajustes institucionales que orienten las funciones del Estado hacia la búsqueda de un mejor bienestar para las comunidades.

  1. Equipo de trabajo: De la misma manera que la rama ejecutiva debe conformar un equipo técnico para que a partir de la gestión del conocimiento pueda dar el soporte necesario para construir propuestas acertadas que cumplan con lo delegado por el pueblo. Por ende resulta importante conocer el perfil de las personas que acompañarán al candidato o candidata. Una vez consolidado un buen equipo de trabajo, debe contar con las habilidades para motivar y escuchar con atención a su equipo y al pueblo.
  2. Trayectoria: La experiencia es importante, sin embargo esta no se logra solo con el paso del tiempo o por la cantidad de contratos o cargos que se haya tenido. La experiencia valedera es aquella que se logra cuando a través del aprendizaje de los errores cometidos perfeccionamos la actitud para la resolución de problemas y la convivencia. Hay prácticas y técnicas que se pueden aprender y/o perfeccionar, no obstante los principios y valores se aplican porque ya deben estar aprendidos. Por ende la experiencia no debe contarse solamente como aquella concebida en el ejercicio de funciones similares, porque si fuera así, en éste sistema corrupto, los únicos que podrían tener experiencia son quienes han gobernado éste país de la manera como lo han hecho; la experiencia también puede contarse en otros campos como el empresarial, el activismo social, entre otros.
  3. Dinamismo y capacidad de liderazgo: Debemos recordar que la política tiene como enfoque principal generar transformaciones de las instituciones sociales en donde en forma delegada se ejerce el poder soberano del pueblo para beneficio de los habitantes de las diferentes regiones, es por esto que quienes aspiren a ser elegidos, deben contar con una gran capacidad de liderar los cambios sociales que lleven a mejorar las condiciones de la población en general.

Componente 3, cualidades humanas y otras:

Estas características están más relacionadas con la empatía que deben generar los candidatos con la gente que quiere elegirlo.

  1. Humildad: Podría decirse que la humildad es la ausencia de soberbia. Es una característica propia de los sujetos modestos, que no se sienten más importantes o mejores que los demás, independientemente de cuán lejos hayan llegado en la vida.
  2. Capacidad de emocionar: Una de las funciones principales del Legislador es generar leyes que busquen mejores condiciones, no obstante las leyes escritas en un papel nada hacen, requieren que la gente se empodere de ellas para generar las transformaciones para las cuales fueron creadas. Un legislador debe inspirar a su gente con el fin de que la normatividad tenga efectos positivos, de lo contrario es letra muerta (Lo anterior sin irrumpir en las funciones del Ejecutivo). Imaginen un Legislador que elabora una norma para mejorar el recaudo público, pero que éste resulta siendo un evasor de impuestos, eso no genera el deseo de cumplir la norma en quienes recae el deber de hacerlo.
  3. Autocrítica: El ego es uno de los peores enemigos de un político. Hay que saber cuándo se comete un error, cuándo subsanarlo y disculparse. Un político es capaz de aprender de sus fallas y hacer mejor las cosas en el futuro.
  4. Partido político por el cual se lanza: Si bien no podemos quedarnos en los partidos políticos, debemos recordar que normalmente las votaciones parlamentarias se hacen por bancadas. Por ejemplo, si usted apoya el actual proceso de paz, debe saber que algunos partidos políticos no lo hacen y por más que un candidato quiera cambiar dicha situación, los líderes que manejan las mayorías de dichas colectividades orientarán a la bancada para votar en contra de los acuerdos. Como también hay que revisar el historial de corrupción de los partidos políticos con el fin de castigar políticamente a los partidos. Sabemos que la gran mayoría, sino todos los partidos han tenido candidatos vinculados a la corrupción, pero una cosa es que se haya apoyado a uno o dos candidatos corruptos a que un porcentaje grande de sus líderes hayan ocasionado robos al erario público.

Otras consideraciones importantes a tener en cuenta es que el candidato represente aquello que el elector piensa y quiere para su país, es decir, si usted es un defensor de los animales, pues debe revisar si su candidato(a) realmente tiene esos mismos intereses. También se debe evaluar la situación histórica a la cual se enfrenta el país, por ejemplo, la salida negociada del conflicto interno, es importante conocer bien las posturas del candidato frente a ello, y no solo posturas en el proceso electoral actual sino aquellas que ha tenido antes de estar en campaña. Cada persona es un mundo distinto, por ende el análisis debe hacerlo de manera individual pero siempre pensando en el bienestar colectivo.

Algunos dirán que hacen faltan muchas otras características y lo más seguro es que sí, no obstante éstas son las que considero son las más importantes. Ésta no es una lista infalible, porque hay quienes saben engañar muy bien, pero si nos brinda algunas luces que nos permite ver mejor en éste oscuro panorama político colombiano. Ahora bien, si usted es de aquellos que vota solo por beneficio personal o familiar, haga caso omiso a todo lo dicho y siga apoyando a quienes tanto daño le han hecho a éste lindo país, es decir, siga con su complicidad.

Ahh!! Una última cosa, pregunte a su candidato cuál es su concepto de corrupción, quizá para esa persona combatir la corrupción sea cosa distinta a la que usted piensa.

Referencias bibliográficas: 12345.

Por: David Pantoja Vallejo – Ingeniero Industrial 

Fuente : Voces


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