Sector aeroportuario colombiano, conectividad con el mundo

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Por: Luis Eduardo Forero Medina

Por décadas los aeropuertos de la selva colombiana o Amazonía y de las Regiones cerca de Bogotá o alejadas, no estuvo en los programas gubernamentales, dejando a la deriva la infraestructura aeroportuaria; pistas, torres de control y terminales aéreas permanecían descuidadas. Los cuerpos de bomberos no hacían parte de los aeródromos, y las vías de acceso a la mayoría de terminales aéreas eran y siguen siendo trochas. Sólo a propósito de la firma del Acuerdo de Paz y con el fin de incentivar el turismo en esta y otras paradisiacas regiones, se han remodelado algunos aeropuertos ajustándolos a todos los estándares de aeronavegabilidad; en otros las obras no han avanzado según lo trazado en la hoja de ruta; o se han paralizado por incumplimiento de los contratistas. Para las obras de modernización del aeropuerto Caucayá en Puerto LeguÍzamo, Putumayo, en 2015 la Aerocivil habría perdido $3.600 millones por el incumplimiento del contratista consorcio Krasia. A finales del año a Aerocivil firmó un nuevo contrato para el mismo fin por 11 mil millones de pesos. Igual suerte corrió hace unos años la terminal aérea Fabio Alberto León Bentley de Mitú en el Vaupés; se anticiparon 538 millones de pesos, y ejecutaron obras por 70 millones; el contrato también fue liquidado. El monumento a la dejadez es indudablemente el octagenario aeropuerto El Edén de la capital quindiana. El Aeropuerto Internacional Matecaña de Pereira tampoco ha sido tan afortunado en las obras ejecutadas en los últimos años, por lo que continúa en obra gris.

Actualmente la Aerocivil, entidad que tiene a su cargo 63 aeropuertos , mantiene intervenidos para su remodelación más de medio centenar; muchos candidatos a equipararse al aeropuerto de Londres, el aeropuerto de Heathrow, uno de los mejores del mundo. Como mínimo se espera obtener la categorización o certificación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo de la ONU que vela por la aplicación del Convenio sobre Aviación Civil Internacional (Convenio de Chicago).
En una maratón de fin de gobierno, se han entregado obras de ampliación, algunas sin concluir, en varios aeropuertos nacionales. En la Orinoquía desde hace seis años se han invertido miles de millones de pesos, en obras que apenas terminan en las terminales aéreas de San José del Guaviare, La Primavera de Vichada y el aeropuerto de Inírida, Guainía, donde se registraron las mayores inversiones para la instalación de modernosequipos de aeronavegación. El tráfico aéreo en la Región Pacífico verá renovada su imagen con el aeropuerto alterno al Antonio Nariño que se construye en Pasto y la adecuación del de Ipiales a 40 minutos, para dejar de utilizar como alternativo el Bonilla Aragón de Cali. La capital de Nariño actualmente se sirve sólo del Aeropuerto Antonio Nariño, ubicado en el municipio de Chachagüí, a 35 km de la ciudad de San Juan de Pasto. Esta terminal estuvo cerrada el año pasado por más de seis meses por obras de remoción de su pista. Las terminales aéreas en general son susceptibles a veces de falla en las comunicaciones y de cierres intempestivos por condiciones climáticas, como ocurre con frecuencia en La Nubia de Manizales, en donde la respuesta es ’sal si puedes’. Otras situaciones amenazan la aeronavegabilidad, como las aves de rapiña que sobrevuelan el aeropuerto Alfonso López en Valledupar. Por esta circunstancia en varios aeropuertos del mundo tienen “trabajando” aves de presa como halcones, lo que se conoce como “Cetrería”. En otros aeródromos las instalaciones son demasiado pequeñas como el Gerardo Tobar de Buenaventura; o su ubicación está en en el perímetro urbano, como el aeropuerto Guillermo León Valencia de Popayán que además no tiene capacidad para carga, y el Benito Salas de Neiva. El aeropuerto Internacional Gustavo Rojas Pinilla de San Andrés, sufre de fallas de luces de la pista, lo que ha ocasionado no pocas veces la cancelación, reacomodación de pasajeros y reprogramación de vuelos. Por esa causa pasajeros con destinos nacionales terminan en tránsito en Panamá o en Managua, Nicaragua. Algunos aeropuertos son subutilizados, como el “Capitán Jorge Enrique González Torres” de San José del Guaviare en el departamento de Guaviare. Otros como el aeropuerto de Villagarzón que sirve a Mocoa, capital de Putumayo, sufre de falta de mantenimiento permanente de la pista. El Aeropuerto Simón Bolívar, de Santa Marta fue modernizado; empero quedó en veremos la ampliación de la pista de aterrizaje. Por las limitaciones del aeropuerto Vanguardia de Villavicencio y las restricciones del de Apiay, la situación aeroportuaria del departamento del Meta no es que sea modelo a seguir.

Los pasajeros en todo el mundo suelen ser víctimas del “cambiazo”, “siembra” , pérdida o el robo de equipajes; atribuibles presumiblemente a descuidos de los usuarios, de los aeropuertos o aerolíneas. Sin embargo, el más grave problema que afrontan los usuarios de los aeropuertos en todo el mundo es la inseguridad, por lo que esas plataformas son vigiladas 24/7. En sala de espera está entre otros proyectos, la construcción de El Dorado II, entre los municipios de Madrid y Facatativá, en Cundinamarca; el segundo aeropuerto en Pasto, Cartagena y el aeropuerto internacional de Villavicencio, que tendrá capacidad operativa diurna y nocturna y dos pistas; en Barranquilla la nueva terminal de carga del Ernesto Cortissoz, y la recuperación de la capa asfáltica de la pista del aeropuerto ‘El Embrujo’ de Providencia y Santa Catalina .
@luforero4


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Fuente : RadioSantafe


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