La antihigiénica costumbre de ir al baño con el móvil

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Llevar el teléfono al baño es tan peligroso como no lavarse las manos.Crédito: Shutterstock

Al aseo se va a lo que se va. O se debería… No es una estancia cómoda ni adecuada para darle otro uso que no sea el propio. Aun así, más de uno aprovecha ese tiempo ‘perdido’ en el servicio para responder a WhatsApp, informarse de la actualidad, ponerse al día en las redes sociales o pasarse una partiditas del juego de turno. Y no sólo en su casa, sino también en la oficina.

En realidad no sólo uno… sino un 33%. Según un estudio internacional de Rentokil Initial, compañía dedicada a la higiene ambiental, que analiza los hábitos de lavado de manos en los lugares de trabajo de 5.000 personas de varios países, al menos un tercio de los encuestados utiliza su ‘smartphone’ en el baño de su trabajo.

Esta práctica fomenta, teniendo en cuenta los datos de la investigación, la propagación de bacterias y enfermedades por la oficina. Según la dermatóloga Paloma Cornejo de la clínica homónima, «cuando uno va al aseo y tira de la cadena sin bajar la tapa, como hace la mayoría para ver si se va todo, se producen miles de mini salpicaduras que infectan todo el habitáculo: desde el propio inodoro, las paredes, el suelo, la puerta y su pomo… Si a continuación de tocar todo eso cogemos el móvil, pasaremos esas bacterias a nuestro teléfono, eso si no lo hemos apoyado ya en el suelo o en el retrete». Y aunque luego se produzca un lavado de manos, el dispositivo ya está contaminado. Más aún si el servicio es público.

De acuerdo con las conclusiones del estudio, una sola bacteria puede multiplicarse en más de ocho millones de células en menos de 24 horas y las manos de los trabajadores pueden entrar en contacto con 10 millones de bacterias al día. Estos malos hábitos de higiene demuestran que cada vez los gérmenes se extienden más, aumentando así el número de resfriados y otras infecciones en el entorno de la oficina, especialmente durante los meses de frío, cuando las pandemias de gripe son más frecuentes. Además, como alerta la doctora miembro de la AEDV, «con las bacterias fecales del baño, se puede contagiar el virus de la Hepatitis A».


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También hay que limpiar el teléfono

Con esta manía tan poco pulcra, los minutos en el aseo se prolongan, porque «a la gente se le olvida a lo que va», explica la dermatóloga. «Es una cerdada y encima muchos se eternizan, por lo que están más expuestos a las bacterias. Y, como consecuencia de la distracción del móvil, se puede fomentar el estreñimiento por falta de concentración», avisa.

El lavado de manos con jabón durante al menos 15 o 20 segundos es la clave para evitar el contagio. Sin embargo, y de acuerdo con el estudio de Rentokil Initial, a los que no realizan esta práctica tan básica hay que sumar a los cerca de un tercio de los encuestados que no usa jabón, por lo que el lavado no se realiza de manera adecuada.

Para desinfectar el móvil, un truco sencillo y que se debería hacer de manera periódica (aunque no se frecuente el aseo con él, hay que tener en cuenta que se maneja con las manos sucias después de haber tocado dinero, un ordenador compartido…), sería utilizar un trocito de algodón impregnado con un poco de alcohol -de farmacia, se entiende- y pasarlo con cuidado por el terminal con el fin de dejarlo libre de impurezas.

Fuente : MSN Virales


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