Ecoturismo, alternativa en zonas de cultivos ilícitos

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    Ecoturismo, alternativa en zonas de cultivos ilícitos | Las cabañas El Carlos están en Necoclí. El día, con alimentación completa, vale $65.000 e incluye tour a la playa. FOTO ROBINSON SÁENZ
Ecoturismo, alternativa en zonas de cultivos ilícitos | Las cabañas El Carlos están en Necoclí. El día, con alimentación completa, vale $65.000 e incluye tour a la playa. FOTO ROBINSON SÁENZ

ElColombiano

Lo que para los turistas es un paraíso perdido cerca de la playa es para decenas de familias del país una alternativa de economía legal para no volver a sembrar cultivos ilícitos o no caer en la tentación de hacerlo.

Las posadas ecoturísticas comenzaron a funcionar en 2006 como una alternativa de Acción Social para generar recursos a quienes hacían parte de las Familias Guardabosques y ahora se extienden a 17 zonas del país.

Los que le apostaron a esta forma de generar ingresos tuvieron que capacitarse en hotelería y turismo, atención a usuarios, administración y hasta gastronomía. Están tan comprometidos que, en la medida de sus posibilidades, no dejan pasar feria turística para promoverse como un destino de vacaciones.


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Pero como son conscientes de que el proceso no concluye, ocho posadas del parque Tayrona y Urabá se metieron en el cuento del turismo sostenible y con la ayuda del Gobierno Nacional y la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Unodc), recibieron en diciembre la certificación Smart Voyager que le garantiza a los visitantes que están en un lugar que protege el medio ambiente y respeta las costumbres de las comunidades.

En el golfo de Urabá ñas posadas con la certificación son: Iracas de Belén en Capurganá; Playa Caná y Posadas del Río, en Acandí; El Carlos en Necoclí. Y en el Tayrona la recibieron las posadas Valentina, San Rafael y Wiwa, y Ecoalbergues Bosques del Tayrona.

Un trabajo con altibajos
Edison Meneses hace parte del grupo de quienes le apostaron al proyecto que ahora se conoce como las cabañas El Carlos, en Necoclí, y Robinson Pérez es integrante de la Asociación de Posadas de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Ambos aseguran que si bien nunca sembraron coca tienen sus terrenos en áreas donde sí se sembraba y en las que los grupos armados hacían presencia constante. De ahí que, primero el programa de Familias Guardabosques y luego el de las posadas ecoturísticas, les abrió una posibilidad para que los jóvenes de la zona pudieran salir de una espiral de ilegalidad.


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Los problemas para sacar el negocio adelante no han sido pocos. Meneses, por ejemplo, asegura que en El Carlos han tenido dos inconvenientes: las divisiones internas que se han presentado dentro de la cooperativa y las difíciles condiciones de comunicación que les hacen perder clientes.

Y es que en esa zona de Necoclí no tienen acceso a internet por eso la única forma de comunicación es a través del celular. De ahí que algunos clientes extranjeros se les pueden perder en el camino.

En el caso de las posadas ubicadas en la Sierra Nevada de Santa Marta, Pérez señala que el estar lejos de la carretera llevó a algunos de los propietarios a cerrar.

En lo que también coinciden ambos emprendedores es en el compromiso de atender bien a sus huéspedes, llevarlos a donde ellos quieran ir o no molestarlos si lo que quieren es descansar tranquilos.

«No es sino que nos llamen y nos digan a dónde van a llegar y a qué hora y nosotros los recogemos en un carro o en moto», afirma Edison.

http://www.elcolombiano.com/historico/ecoturismo_alternativa_en_zonas_de_cultivos_ilicitos-HDEC_223631


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