Comunidades indígenas del Putumayo recuperan la esperanza de volver a sus territorios

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Con el trabajo conjunto de la Organización Zonal Indígena del Putumayo, OZIP, la Unidad de Restitución de Tierras adelantó la caracterización de las afectaciones a los derechos territoriales de las comunidades indígenas “Tëntëyá” y “Selvas del Putumayo”, ubicadas en el municipio ubicado en el Sur del país.

Bogotá, 19 de febrero de 2015 (@URestitucion).

Las comunidades indígenas de “Tëntëyá” y “Selvas del Putumayo” conocieron los resultados del proceso de caracterización y la exposición de las pretensiones de las demandas que serán presentados ante los jueces designados por la Unidad de Restitución de Tierras a través de la Dirección de Asuntos Étnicos y la Dirección Territorial Putumayo en un trabajo conjunto con la Organización Zonal Indígena del Putumayo, OZIP.

La caracterización de afectaciones de las comunidades indígenas hace parte de la etapa administrativa del proceso de restitución de derechos territoriales, el cual se adelanta a favor de cada colectividad en pleno y bajo las disposiciones establecidas por la ley donde se busca garantizar atención, asistencia, reparación integral y restitución de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas víctimas del conflicto armado interno.

La Unidad de Restitución de Tierras ha recibido 31 casos de comunidades indígenas afectadas por el conflicto en el departamento del Putumayo, pero una vez adelantó los estudios preliminares se recomendó iniciar el proceso con las comunidades de “Téntëyá” y “Selvas del Putumayo”, entre otras, al considerar probados hechos violentos que redundaron en el abandono de los territorios de las dos comunidades.


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Luego de este pronunciamiento, se inició un proceso de preparación de la caracterización de afectaciones, que se finalizó con la firma de un Convenio de Asociación entre la URT y la Organización Zonal Indígena del Putumayo –OZIP.

Este acuerdo sirvió para adelantar la recolección, en campo, de la información que prueba la afectación territorial a las comunidades y se elaboraron los informes de caracterización de afectaciones territoriales para cada una de las comunidades, base para la elaboración de las demandas.

La preparación de la metodología, el desarrollo en campo y la definición de las conclusiones de las caracterizaciones y posibles pretensiones de las demandas de restitución contaron con la participación y decisión autónoma de las dos comunidades reflejado, entre otras, en el acompañamiento en los recorridos de campo realizados por los profesionales jurídicos, sociales, ambientales y catastrales que recolectaron la información, en las asambleas de inicio y cierre de las caracterizaciones y en la validación de los informes de caracterización.

La comunidad “Tëntëyá” del pueblo Siona (Zio Bain) está conformada actualmente por 141 personas reunidas en 33 familias. Su territorio tiene una extensión de 93 hectáreas y se encuentra totalmente abandonado producto de hechos violentos relacionados directamente con el conflicto armado que se han extendido a lo largo de las dos últimas décadas.


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Esta comunidad ha sido víctima indirecta de la masacre de El Tigre, ocurrida en 1999 y que afectó a toda la población de la zona. También han sufrido agresiones directas como el asesinato de dos seguidores de medicina tradicional; amenazas y hostigamientos a sus autoridades propias y comuneros; restricciones a la movilidad; enfrentamientos entre los grupos armados en el territorio y zonas circundantes y presencia de Municiones Sin Explotar (MUSE).

También han sido afectados por factores vinculados y subyacentes al conflicto como daños ambientales provocados por las aspersiones aéreas con glifosato sobre cultivos no ilegales y propios de la comunidad, así como la explotación ilegal de hidrocarburos y minerales.

Por su parte, la comunidad “Selvas del Putumayo” del pueblo Inga está conformada por 103 personas distribuidas en 23 familias, derivadas de la comunidad que se desplazó de manera forzada luego de la muerte de su Taita al finalizar un ritual espiritual en el territorio de la comunidad, para ese entonces de un poco más diez hectáreas.

Antes y después de este hecho, los integrantes de la comunidad han sido afectados por las dinámicas violentas de la región del Bajo Putumayo, iguales a las vividas por la comunidad de “Tëntëyá”. Dentro de las consecuencias más graves de este abandono, que ha generado una grave crisis humanitaria, se encuentran la pérdida de las tradiciones culturales y la relación espiritual con el territorio, que incluso cobró la vida de su médico tradicional en 2007.

Tanto el pueblo Siona como el Inga se encuentran en riesgo de extinción cultural, situación reconocida y advertida por la Corte Constitucional mediante el Auto 004 de 2009.

02/19/2015

Fuente: Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas

http://restituciondetierras.gov.co/?action=article&id=1735

 


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