¿Por qué firmar con seudónimo?

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“El hombre del bombin” de René Magritte – Foto : Internet

Muchas son las preguntas que hacen a la Dirección de MiPutumayo.com.co acerca de los colaboradores que comparten sus escritos y caricaturas y las firman con seudónimos y como Director, quiero compartir con ustedes el siguiente editorial, una serie de conceptos del porque escribir bajo un seudónimo.

Actualmente, colaboradores con seudónimos están Zancho Pienza (con sus aportes gráficos) y Manduko (que hace rato se perdió del panorama por sus múltiples ocupacines); anteriormente contábamos con Lucho y sus caricaturas y ahora vuelve A Dos Manos con el apunte político con el ánimo de mantenernos actualizados con el acontecer político de nuestra querida región.

Luis Carlos Chamorro B.
Director – MiPutumayo.com.co

Se supone que un autor se mata escribiendo para que lo lea la mayor cantidad de gente posible. Para esto se requiere lograr el reconocimiento de los lectores. Entonces, sería una perdida de tiempo y esfuerzo firmar una obra con un nombre que no es el propio.

Sin embargo, son muchos los escritores que optan por usar un alter ego.


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Las razones son variopintas: las hay comerciales –suponiendo que un libro va a vender mejor con un nombre que con otro–, pudorosas –para animarse a contar cosas que comprometerían la propia intimidad, estratégicas –para evitar preconceptos del lector– y las hay con ánimo lúdico, o por salir al baile disfrazado, como una travesura personal.

También para no revelar la verdadera identidad, Edward Hamilton Waldo eligió el más intrincado Theodore Sturgeon, Sadam Hussein firmó como Mahamad Alsaqar su bestseller Zabiba y el rey, y el general Franco firmó como Jaime de Andrade el guión de la película “Raza” y como Jackob Kir sus textos de masonería.

Pero hay razones más graves para cambiarse el nombre y renunciar al reconocimiento inmediato.

George Eliot, George Sand e Isaac Dinesen fueron algunas de las tantas damas escritoras que, o despreciaban la literatura románticas que se les pedía a las mujeres novelistas, o buscaron evitar la discriminación sexual. Atenta a esto, la autora de la saga Harry Potter evitó cuidadosamente firmar como Joanne Elizabeth, a sabiendas de que un neutro J.K. Rowlings esquivaría los prejuicios contra la literatura fantástica femenina que existen hasta hoy, y que olvidan maquiavélicamente que Mary Shelley fue la autora de Frankenstein.


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También hay motivos creativos para ocultar la identidad.

Manuel Vázquez Montalbán opinaba que los seudónimos son un recurso literario más “Cuando uno escribe bajo seudónimo, escribe diferente porque se mete en la piel de un personaje. Un escritor siempre es su personaje: Kafka es su personaje, Tabucchi es su personaje… A veces hace falta exagerar eso y buscar un personaje dentro del cual te sientes diferente, como cuando en un baile da máscaras te pones una máscara y pasas a ser una persona diferente. De hecho, los seudónimos son una máscara”.

La eterna búsqueda es siempre en torno a lo mismo: ¿Cómo escribo mejor? ¿Qué quieren los lectores? ¿Cómo los convenzo de que mi nombre indica que lo mío vale la pena? Por ende, ¿cómo se elige el seudónimo?

En suma, podemos debatirnos infinitamente, consultar Tarot, I Ching y numerología sin hallar el nombre ideal.

Cosas como éstas las escuchamos en cafés, fiestas, reuniones, pasillos, bares, antros, oficinas, etc. pero no las leemos en columnas, no escuchamos en radio y mucho menos vemos en televisión. ¿por qué? Porque no son cosas fáciles de decir, porque son incómodas. Luego entonces, el hecho de decirlas a través de un seudónimo, es una manera de proteger y salvaguardar la integridad de quien lo escribe.

El punto central de los seudónimos es no revelar la verdadera identidad, que no es lo mismo a “esconderse” ni “ocultarse”…

No se trata de un asunto de valor o de miedo, se trata de generar conciencia, no se trata de un asunto de testosterona, sino de neuronas, ¿o qué, me van a decir que tenía más valor el perro aguayo que El Santo, porque el primero peleaba sin máscara? (solo por poner un ejemplo sencillo).

¿Pero vale la pena usar seudónimo?

Tal vez la única preocupación de los escritores sería olvidar el tema de la firma, y escribir tan, pero tan bien, que nuestros escritos acaben siendo anónimos.

Tomado de :

http://www.grafein.org/seudonimo.htm

http://www.quintacolumna.com.mx/2008/mayo/columnistas/colu_poderypolitica_080508.html


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