Panorama pesimista en Amazonia: habitantes no creen en futuro de selva

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En la Amazonía habitan 62 de los 85 pueblos indígenas del país. Foto: Archivo EL TIEMPO

Es imposible hablar de la Amazonia colombiana en términos absolutos. En sus millones de hectáreas, que equivalen al 42 por ciento del país, y en donde están incrustados seis departamentos en los que habitan 62 de los 85 pueblos indígenas nacionales, la vida y la muerte luchan por imponerse, tal vez, como en ningún otro lugar.

Unos dicen, con esperanza, que de allí sigue saliendo gran parte del agua dulce que necesitamos para vivir. Otros, como la Organización de Naciones Unidas, advierten que la selva ya no es la misma, y la tala -que le abre camino a la introducción de cultivos de coca- avanza como un gigante y ha arrasado con más de 100.000 hectáreas de su cobertura vegetal. Existe una mezcla de luces y sombras sobre este territorio, que se ve en la manera como la gente que lo habita lo percibe.

Así queda reflejado en la ‘Encuesta de percepción sobre el Amazonas’, la primera de su tipo que se hace en Colombia, conocida hace 72 horas y realizada por la firma Ipsos Napoleón Franco.


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Fue contratada por el proyecto Amazonas 2030, que lideran las fundaciones Alisos, Gaia Amazonas y Etnollano, apoyados por la Embajada de Holanda, con el que buscan promover la sostenibilidad y la calidad de vida en esta región e insertarla en la agenda nacional e internacional. «Para que dejemos de vernos solo como un país andino o caribeño y nos asumamos como un nación en la que lo amazónico también resulta importante», explicó Martín Vol Hildebrand, director de Gaia.

La encuesta se aplicó a 1.000 personas que habitan en seis departamentos: Amazonas, Caquetá, Guaviare, Guainía, Putumayo y Vaupés.

¿Qué piensan de la selva? ¿De sus beneficios potenciales? ¿Es valiosa para la mayoría?

Uno de los datos que de inmediato saltaron a la vista es que los habitantes de la Amazonia expresan un gran sentido de pertenencia a su región. A pesar de que muchos nacieron en otras zonas del país, el 95 por ciento dice sentirse amazónico.


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Incluso, el 65 por ciento dice estar dispuesto a aceptar que la migración de colombianos hacia esa parte del país aumente. Todo, porque los cuatro conceptos con los que más se define este bosque húmedo tropical son: «un lugar con gran variedad de riquezas naturales», «el pulmón del mundo», «ríos, oxígeno y aire puro» y la «selva más grande del planeta». En el 53 por ciento de los encuestados hay conciencia de que la Amazonia es de toda la humanidad, al tiempo que dicen que sin ella no habría vida y el calentamiento global sería irreversible.

Solo el 23 por ciento cree que la selva es exclusivamente de las comunidades indígenas que la habitan, y no falta quien opina que es de las empresas que la explotan (3%). Aunque consideran que el ecosistema es de los cinco continentes, piden que se explote moderadamente. De hecho, consideran que la extracción de sus recursos debe ser menos importante de lo que ya es para la economía regional.

Para los encuestados, los indígenas deben tener un papel protagónico en las decisiones que se tomen sobre el uso de los recursos y su conservación (ver nota alterna). Casi el ciento por ciento tiene claro que la Amazonia es útil y muy importante para el desarrollo del país, por los recursos naturales, la biodiversidad y la extracción de madera.

Hasta este instante, la postura es positiva y optimista. No lo es tanto cuando se le consulta a la gente sobre el futuro de la selva.

Nadie está tranquilo. Al 92 por ciento le preocupa la deforestación, la extinción de especies, la falta de agua por la contaminación de los ríos y la variación climática, que amenazan la estabilidad del hábitat.

Precisamente, el proyecto Amazonas 2030 se llama así porque según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), si la depredación de la flora continúa al ritmo actual, en 20 años, aproximadamente, la mitad del bosque estará convertido en una sabana. Por eso, que se acelere el paso en la explotación de los recursos amazónicos, siempre y cuando se haga con responsabilidad, solo convence a un poco más de la mitad (67%).

Aunque los propios ciudadanos dicen que pueden hacer mucho por proteger la selva, piensan que las soluciones deben ser impulsadas estrictamente por el Gobierno y las instituciones ambientales de la región. A pesar de ese voto de confianza hacia el Estado, solo el 7 por ciento cree que los recursos en un futuro van a estar mejor conservados.

‘Indígenas deben comenzar a tomar decisiones’

La debilidad de las comunidades indígenas de la Amazonia y de las instituciones existentes en este territorio fue otra de las conclusiones halladas por las mediciones de Amazonas 2030 en seis departamentos.

«El índice que mide la participación indígena en la toma de decisiones es de 43,6 sobre una escala de 100, y el de la institucionalidad es de 29,5. Se rajan y evidencian una situación a la que se le debe prestar atención», dice César Caballero, gerente de Cifras y Conceptos.

«En el caso de las comunidades indígenas, los datos indican que se les debe dar mayor empoderamiento y visibilidad para que puedan ejercer una verdadera gobernanza», agregó Caballero. En cuanto a la institucionalidad, se ve claramente que la debilidad está en la poca confianza que le tiene la gente a los funcionarios que se hacen cargo de las instituciones oficiales, esto debido al alto porcentaje de gobernadores y alcaldes que han sido destituidos.

Extrañamente, a pesar de que las CAR han sido cuestionadas, Corpoamazonia, así como el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), son las entidades con la mayor credibilidad en la región.

JAVIER SILVA HERRERA
REDACCIÓN VIDA DE HOY
http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/ecologia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10661067.html


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